¿Qué es la toxina botulínica?
El Botox o toxina botulínica es un fármaco que se utiliza en varias ramas especializadas: neurología, cirugía general, oftalmología y medicina estética.
Se trata de una toxina producida por una bacteria, la Clostridium bacterium, más conocida por el nombre de botulínica. Esta bacteria produce 7 tipos de toxina (A, B, C1, D, E, F, G), la que se comercializa y utiliza en humanos es la de tipo A.
Inicialmente, la toxina botulínica se utilizaba en medicina para:
- Bloquear los espasmos musculares de los párpados
- Corregir los estrabismos.
Sus capacidades antiarrugas se descubrieron por casualidad en 1980, cuando en un estudio sobre estrabismo tratado con Botox-A se observó una notable mejoría de las arrugas glabelares (las que se forman entre las dos cejas).
Esta toxina también se encuentra en algunos alimentos contaminados, lo que puede causar intoxicación si se ingiere. Sin embargo, a pesar del efecto intoxicante, si se trata y purifica adecuadamente, puede utilizarse con seguridad en diversos campos, incluida la medicina estética, lo importante es que sea utilizada por médicos especializados, de lo contrario se podrían correr riesgos considerables.
¿Para qué se utiliza el Botox?
Según la clínica de Medicina estética en Madrid, Doctora Bonina explica que el Botox se puede inyectar en zonas musculares específicas, tiene una acción miorrelajante, es decir, impide que los músculos se contraigan y los mantiene relajados.
Por este motivo se utiliza en situaciones de:
- Migraña crónica
- Sudoración excesiva (de manos, pies y axilas)
- Espasmos musculares (contracciones involuntarias de los músculos de forma exagerada, a menudo causadas tras un ictus o una lesión cerebral)
- Vejiga hiperactiva
- Arrugas.
¿Qué arrugas se tratan con Botox?
La acción del Botox, a diferencia de otros rellenos que corrigen el volumen de las arrugas, es relajar el músculo impidiendo que se contraiga.
Por este motivo, sólo se pueden eliminar ciertas arrugas y éstas serían las que se forman por la contracción del músculo, las llamadas líneas de expresión. Más concretamente, nos referimos a las arrugas:
- Glabelares (serían las que se forman en el entrecejo).
- Frontales (las que se forman cuando levantamos las cejas al máximo)
- En abanico (las que se forman alrededor de los ojos cuando sonreímos, conocidas como ‘patas de gallo’)
Estas son las arrugas que suelen tratarse con bótox, aunque hay algunos médicos especialistas que utilizan el Botox para mantener tersas otras arrugas.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento se realiza exclusivamente en régimen ambulatorio por médicos especialistas en medicina estética y dermatología.
La toxina botulínica se inyecta en los músculos mímicos en dosis muy pequeñas, a través de una jeringa con una aguja extremadamente fina, en las zonas de la cara a tratar.
La sesión dura unos 10-15 minutos y es prácticamente indolora, como mucho se puede sentir una ligera sensación de hormigueo.
Después del tratamiento puede volver a sus actividades normales.
Algunas advertencias después del tratamiento
Aunque puedes volver a tus actividades habituales después de las inyecciones, hay que tomar algunas precauciones:
- Es bueno ejercitar los músculos tratados en las primeras 4 horas como arrugar la frente y sonreír
- No masajear la zona donde se ha inyectado el Botox.
- No beber alcohol durante al menos 24 horas
- No exponerse al sol durante al menos una semana
- Evitar llevar casco de moto, zambullirte en agua, tomar saunas o tomar el sol durante unos días
En cualquier caso, el propio médico te dará las indicaciones a seguir.
Posibles efectos secundarios después del tratamiento
Después de las inyecciones puede experimentar algunos efectos que desaparecen en una hora como:
- Hormigueo.
- Enrojecimiento.
- Ligera hinchazón.
Otros, pero mucho más raros que desaparecen en un par de días son:
- Dolor de cabeza.
- Pesadez en el cuerpo.
- Pequeños hematomas.
Cuánto dura el efecto del Botox
Una vez realizado el tratamiento, los efectos del Botox comienzan a verse a los 2-3 días y sus máximos resultados se obtienen a los 15 días, que se mantendrán durante un periodo de unos 6 meses.
¿Qué resultados se consiguen?
Los resultados, como ya se hemos dicho, empiezan a verse a los pocos días y las arrugas se alisan.
Quién no puede aplicarse Botox
Como el Botox es un medicamento, no está exento de contraindicaciones, por lo que no está indicado:
- En menores de 18 años o mayores de 65 años.
- En caso de embarazo o lactancia.
- Si se están tomando fármacos relajantes musculares.
- Si existe infección o inflamación en la zona a tratar.
- Si se es alérgico a la toxina botulínica.
¿Por qué acudir a una clínica de medicina estética?
Existen varias razones por las cuales acudir a una clínica de medicina estética. Algunas de las razones más comunes incluyen:
- Mejorar la apariencia física: La medicina estética se enfoca en mejorar la apariencia física de una persona. Por lo tanto, muchas personas acuden a una clínica de medicina estética para mejorar su apariencia facial o corporal.
- Revertir los signos del envejecimiento: La medicina estética ofrece una amplia gama de tratamientos que pueden ayudar a revertir los signos del envejecimiento, como las arrugas, las líneas finas, la flacidez de la piel y la pérdida de volumen facial.
- Tratar problemas de la piel: Las clínicas de medicina estética también pueden ayudar a tratar una amplia variedad de problemas de la piel, como acné, manchas de la edad, cicatrices, rosácea y melasma.
- Aumentar la confianza: Muchas personas encuentran que mejorar su apariencia física a través de la medicina estética les ayuda a sentirse más seguros y seguras de sí mismas.
- Recuperarse de una lesión o enfermedad: La medicina estética también puede ayudar a las personas a recuperarse de lesiones o enfermedades, como quemaduras o cicatrices.
Es importante tener en cuenta que la medicina estética debe ser realizada por profesionales médicos capacitados y con experiencia en el campo, y que los tratamientos deben ser personalizados para cada paciente para lograr los mejores resultados posibles.
El Botox y el bruxismo
El botox y el bruxismo son dos términos que se encuentran vinculados por su uso en tratamientos médicos y estéticos relacionados con la salud dental y facial.
El bruxismo es una condición en la que la persona aprieta o rechina los dientes de forma involuntaria, generalmente durante la noche. Esto puede provocar desgaste dental, dolor en la mandíbula, dolores de cabeza y otros problemas de salud bucal.
El Botox, por otro lado, es una neurotoxina que se utiliza en tratamientos estéticos para reducir arrugas y líneas de expresión en el rostro.
En relación al tratamiento del bruxismo, el Botox ha demostrado ser una solución efectiva para aliviar los síntomas asociados con esta condición. Al inyectar Botox en los músculos de la mandíbula, se relajan y reducen la fuerza de masticación involuntaria, disminuyendo así el desgaste dental y los dolores asociados.
El botox también puede ser utilizado en tratamientos estéticos para relajar los músculos faciales y suavizar las líneas de expresión. Sin embargo, es importante que este tipo de tratamiento sea realizado por un profesional médico calificado para asegurar resultados seguros y naturales.