No empieces un camino que tenga fecha de caducidad, empieza un estilo de vida que dure para siempre
Quien consigue resultados no tiene más suerte que los demás. Simplemente se compromete y se dedica amor a sí mismo con constancia cada día, convirtiéndolo en un estilo de vida por derecho propio.
El estilo de vida no tiene fecha de caducidad, nos acompaña durante toda nuestra vida. No es un día, ni un momento, ni siquiera una sola acción. Es un camino hecho de muchas acciones, donde la base es la constancia y la dedicación. No hay varitas mágicas.
El elixir del bienestar es la perseverancia
«La motivación es el alimento de la mente.
No basta con comer una vez: hay que hacerlo regularmente».
¿Crees que no puedes hacerlo? Te equivocas
Seguir un estilo de vida saludable, de forma regular, nos permite alcanzar resultados que muchas veces parecen lejanos. Pero recordemos que nada es imposible, todo se consigue poco a poco.
Lamentablemente, a menudo caemos en el engaño de lo imposible, porque ahora muchos prometen resultados fáciles. Resultados en los que basta un clic o un simple gesto. Lo creemos, porque, reconozcámoslo, ante la disyuntiva de elegir entre un producto milagro y un camino más largo hecho de acciones diarias saludables, caemos fácilmente en la tentación de lo más fácil.
Entonces los resultados no llegan y ¿Qué hacemos?
Nos desmoralizamos pensando que ciertos físicos, ciertos dones o ciertas habilidades son una fortuna para unos pocos. Entonces tiramos la toalla, o vamos en busca de algún otro remedio.
Los hábitos se pueden cambiar
Entendemos que al principio es necesario un gran sacrificio. Esto ocurre porque vivimos de hábitos y cambiarlos, requiere un gran esfuerzo tanto para nuestro cuerpo como para nuestra mente.
Sin embargo, te garantizamos que, si superas esta fase, después se crearán nuevos hábitos y todo se volverá automático, se convertirá en un estilo de vida en toda regla. Y cuando empieces a notar los innumerables beneficios, no podrás prescindir de él.
Ya no podrás prescindir de él, no sólo por los resultados, sino porque nacerá en ti la curiosidad por enriquecerte cada vez más y sacar a la luz tantos aspectos de tu ser que te harán brillar y vivir en armonía.
Recuerda que los grandes resultados se consiguen paso a paso.
¿Cuáles son las reglas de oro para un estilo de vida saludable?
Hoy en día, después de muchos estudios, se ha demostrado con certeza que seguir un estilo de vida saludable conlleva innumerables beneficios para la salud física y mental, tanto en términos de prevención como de mejora.
Quienes llevan un estilo de vida saludable son personas que:
- No fuman,
- No toman bebidas alcohólicas,
- No llevan una vida sedentaria,
- No tienen sobrepeso,
- No se dejan atrapar por situaciones que provoquen estrés o depresión.
Más bien, son personas que:
- Comen de forma variada y equilibrada,
- Hacen deporte como hábito,
- Leen, se informan y aprenden cosas nuevas,
- Eligen cuidadosamente sus relaciones,
- Valoran su tiempo.
Llevar un estilo de vida saludable significa realizar cada día muchas pequeñas acciones que avanzan hacia la superación personal.
Veamos ahora cuáles son los comportamientos adecuados para llevar una vida sana y cuáles son los distintos puntos por los que hay que empezar a trabajar.
Un estilo de vida saludable comprende tres puntos principales:
Alimentación sana
Beber al menos 2 litros de agua al día
A menudo se pasa por alto la importancia del agua, pero ten en cuenta que es un elemento primordial para nuestro organismo.
Nuestro cuerpo está compuesto en un 60% de agua, lo que significa que ésta desempeña un papel fundamental en el funcionamiento de muchos procesos internos.
Mantener el «equilibrio hídrico» adecuado (la proporción entre la ingesta y la producción de agua) es necesario para mantenernos sanos. Si tienes menos, creas numerosos desequilibrios y pones en peligro tu bienestar físico.
El agua tiene innumerables beneficios:
- Depura el hígado y los riñones
- Protege los órganos
- Transporta oxígeno y nutrientes a las células
- Ayuda a mantener la temperatura corporal
- Favorece la regularidad intestinal
- Mejora la elasticidad de los tejidos y los músculos
- Hace que la piel esté más hidratada, tonificada y radiante
- Lubrica las articulaciones
- Ayuda al cuerpo a absorber nutrientes
- Ayuda a transformar los alimentos en energía
- Ayuda a respirar
- El agua es realmente preciosa y esencial para la vida.
Si lo comprendemos y no lo olvidas, ganas en salud y belleza.
Afirmo en este punto que, aunque se diga que con agua no se brinda, no hay mejor bebida con la que decir «¡salud!».
Comer más verduras, legumbres, cereales y fruta
Las verduras, las legumbres, los cereales y la fruta son fuentes de vitaminas, minerales e hidratos de carbono. Además, los cereales y las legumbres también son buenas fuentes de proteínas.
Consumir fruta y verdura no sólo aporta nutrientes y es bajo en calorías, sino que también tiene un alto poder saciante.
Los cereales deben consumirse todos los días con moderación, preferiblemente integrales.
Disminuye el consumo de grasas y elige sólo grasas de calidad
Para mantener nuestro organismo sano, es bueno consumir cierta cantidad de grasas, pero con moderación. Además, es importante saber elegir porque la calidad de las grasas puede variar y tener diferentes efectos sobre tu salud.
Elija grasas de origen vegetal como el aceite de oliva virgen extra.
Las grasas de origen animal como la mantequilla, la manteca, la manteca de cerdo y la nata deben excluirse o evitarse en la medida de lo posible. Contienen una gran cantidad de grasas saturadas que aumentan el colesterol en la sangre.
- Evita los alimentos fritos en la medida de lo posible. Las grasas se consumen mejor crudas.
- Reduce al mínimo el consumo de queso, ya que contiene una gran cantidad de grasa.
- Come pescado al menos 2/3 veces por semana. Contiene grasas buenas para la salud.
- Prefiere las carnes magras.
Evita los azúcares, los dulces y las bebidas azucaradas
Para muchos, resistirse al azúcar es todo un desafío. Pero ten en cuenta que el azúcar no es más que una trampa, se presenta con ese aire inocuo y sonriente para atraerte. Además de ser la causa de una larga lista de problemas.
Su consumo provoca picos de azúcar en sangre que caen en picado en menos de una hora. Esto provoca ansias de más. Además, no da sensación de saciedad (aunque aporte cantidades de calorías) y esto impulsa a comer más, lo que conduce a la obesidad.
Los estudios han demostrado que la azúcar es una amenaza para nuestra salud y provoca muchas enfermedades graves.
En este sentido, recomendamos eliminar el consumo de azúcares malos (dulces) y preferir los buenos los que ya están presentes de forma natural en la fruta, los hidratos de carbono y los cereales.
Evita añadir sal
La sal contiene sodio, un elemento que desempeña importantes funciones en nuestro organismo.
En condiciones normales, eliminamos cierta cantidad de nuestro cuerpo, que debe reponerse a través de la dieta. Sin embargo, no hay que añadir sal a la comida, ya que el sodio está contenido de forma natural en los alimentos y es suficiente para cubrir lo que nuestro cuerpo necesita.
Quienes estén acostumbrados a comer alimentos salados, pueden disminuir su consumo gradualmente. Nuestro paladar se acostumbra fácilmente y, en pocas semanas, los mismos alimentos con menos sal sabrán a lo justo, mientras que los condimentados de la forma anterior estarán demasiado salados.
El secreto está en acostumbrar al paladar a preferir y sentir el gusto por lo sano.
Variar lo que comes
Hemos comprendido que debemos reducir los alimentos poco saludables, porque ponen en riesgo tanto nuestra salud como nuestra belleza.
Ahora el último truco, pero no por ello menos importante, es aprender a variar a menudo las opciones que llevamos a la mesa. Esto es indispensable porque nuestro organismo necesita todos los nutrientes para funcionar a pleno rendimiento y mantenerse en forma. Al variar, es más fácil ingerir todos los nutrientes en las cantidades correctas.
Entrenamiento: El deporte es bueno para el cuerpo, el corazón y la mente
Hemos visto cómo con la nutrición damos un paso hacia la salud, donde también ganamos en belleza. Sin embargo, para llegar a la meta, tenemos que seguir caminando, dando más pasos.
- Reduce el riesgo de enfermedades
- Ayuda a perder peso
- Ayuda al sistema cardiovascular
- Aumenta la resistencia
- Reactiva la circulación venosa y linfática
- Modera el metabolismo hormonal
- Regula los niveles de insulina en la sangre
- Ayuda a mantener jóvenes los músculos y las articulaciones
- Aumenta la autoestima
- Aumenta la liberación de hormonas del bienestar
- Mejora el sistema inmunitario.
Entre otros puntos, te habrás dado cuenta de que hacer actividad física aumenta el buen humor.
Así es, los estudios han demostrado que mientras hacemos ejercicio, se producen mecanismos que:
- Conducen a la producción de endorfinas (sustancias que generan bienestar)
- Reducen los niveles de cortisol en sangre (hormona causante del estrés y la depresión)
- Aumentan los niveles de serotonina (sustancia implicada en el buen humor)
En resumen, la actividad física es realmente buena para el cuerpo, el corazón y la mente.
Hábitos
Muchas de nuestras elecciones se basan en el mecanismo de recompensa. Básicamente, vamos en busca de lo que nos da placer.
El problema es que, hoy en día, la evolución nos ha llevado a buscar la gratificación inmediata y, en lugar de emprender acciones que nos aporten beneficios duraderos y a largo plazo, recurrimos a acciones que nos proporcionen alivio y placer inmediatos.
No nos damos cuenta de que el placer, cuando es inmediato, no es real. La gratificación sólo dura unos instantes, tras los cuales volvemos al estado inicial, así que, para reproducir esa sensación, repetimos obsesivamente esas mismas acciones.
Un poco como cuando comemos los dulces que hemos mencionado antes. Lo mismo hacemos con el tabaco, el alcohol y todas aquellas elecciones que nos llevan a convertirlas en vicios y nos conducen a la autodestrucción de nuestro cuerpo y nuestra mente.
Si te dejas engañar por la gratificación instantánea, te entregarás a la ociosidad, a comer mal y a la vida sedentaria. Probablemente también te entregarás al tabaco, al alcohol y dejarás de perseguir tus sueños.
El pensamiento será cada vez más negativo y empezarás a verte como un fracasado… hasta que te conviertas en uno.
«Cada día
lo que eliges
lo que piensas
y lo que haces
es en lo que te conviertes.
Deja atrás todos los hábitos perjudiciales y empieza a crear otros nuevos. Elige los que te lleven gradualmente a una vida verdaderamente gratificante.
«Tú también mereces brillar»